Cáncer de colón, síntomas y detección.

Cáncer de colón, síntomas y detección.

¿Qué es el cáncer de colon?

El cáncer de colon es un tumor maligno del intestino grueso, siendo el tercero en frecuencia en los varones y el segundo en frecuencia en las mujeres, tras el cáncer de mama.
Sin embargo, si se tienen en cuenta ambos sexos, el cáncer con mayor incidencia es el colorrectal (15%). Se calcula que aparecen en España 32.240 casos nuevos al año, siendo responsable de 14.700 fallecimientos.
El cáncer de colon está aumentando su incidencia en los países occidentales y desarrollados. Predomina en personas mayores, siendo su edad media de presentación loa 70 años, y la mayoría de los pacientes tienen más de 50 años en el momento del diagnóstico, aunque puede aparecer en edades más jóvenes.

Síntomas y signos del cáncer de colon

Los síntomas pueden ser vagos e inespecíficos. Unos se relacionan con con el propio tumor y otros por la diseminación del mismo (metástasis). Los síntomas más frecuentes son:

  • Cambio en los hábitos intestinales.
  • Sangre en las heces (ya sea color rojo muy vivo o muy oscuro) y/o moco.
  • Diarrea, estreñimiento o sensación de que el intestino no se vacía completamente.
  • Heces más delgadas de lo normal.
  • Dolor frecuente ocasionado por gases, flatulencia, saciedad o calambres.
  • Pérdida de peso sin razón conocida.
  • Sensación de mucho cansancio.
  • Náuseas y vómitos, con hinchazón abdominal.

No hay que olvidar que algunos pacientes no tienen síntomas, y el tumor se diagnostica al realizar una colonoscopia de cribado o es un hallazgo casual al realizar otras exploraciones como un escáner.

En cuanto a los signos clínicos que puede notar el médico en la exploración, pueden ser ninguno o alguno de los siguientes: nódulo, masas en el abdomen, tumor rectal en el tacto rectal, aumento de tamaño del hígado, liquido en el abdomen, ganglios aumentados de tamaño y otros signos menos frecuentes.

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Detección del cáncer de colon

Después de lo que hemos hablado del cáncer de colon, nos planteamos cómo llegar al diagnóstico. Para ello, se pueden usar diferentes pruebas y procedimientos, cada uno con un rendimiento, una eficacia y molestias:

Examen físico y antecedentes:

Examen del cuerpo para revisar los signos generales de salud, incluso verificar si hay signos de enfermedad, como masas o cualquier otra cosa que parezca anormal. También se pregunta por los antecedentes médicos y familiares del paciente. Puede dar una sospecha más o menos importante de las posibilidades de tenerlo, pero no hace el diagnóstico.

Examen digital del recto (tacto rectal):

El médico introduce un dedo cubierto por un guante lubricado en el recto para palpar masas o cualquier otra cosa que no parezcan habituales. Sólo sirve para lesiones cercanas al ano, por lo que es técnica fácil de realizar pero con mucha limitación.

Prueba de sangre oculta en heces:

Es una prueba para valorar o no la presencia de sangre en las heces. Es fácil de hacer, accesible desde los centros de salud y cuando es positiva permite seleccionar a pacientes que casi siempre tienen patología (aunque sólo un porcentaje es un cancer y muchos son pólipos).

Determinación genética en heces:

Esta prueba detecta pequeñas cantidades de sangre en la materia fecal (con un análisis similar al de la prueba de sangre en heces) así como nueve marcadores biológicos de ADN en tres genes que se han encontrado en el cáncer colorrectal y en pólipos avanzados precancerosos.

El ADN proviene de células del revestimiento del colon y del recto que se almacenan en la materia fecal a medida que esta pasa a través del intestino grueso y el recto. Las muestras de materia fecal son recolectadas por el paciente mediante el uso de un sobre para muestras que se envía al laboratorio para su análisis.

Un programa informático analiza los resultados de las dos pruebas (sangre y marcadores biológicos de ADN) y proporciona un resultado negativo o positivo. A las personas que reciben un resultado positivo con esta prueba se les aconseja que se hagan una colonoscopia.

Sin embargo, esta determinación fecal tenía más probabilidad de identificar una anormalidad cuando en realidad no existía ninguna (es decir, tuvo más resultados positivos falsos). Esta prueba todavía está siendo evaluada para determinar si se ajusta a las pautas recomendadas para los exámenes de detección, y todavía no se ha incorporado a las normas de práctica clínica.

Enema opaco:

Serie de radiografías del tubo gastrointestinal inferior. La técnica consiste en introducir en el recto un líquido que contiene bario, que permite contrastar el intestino grueso. El bario recubre el tubo digestivo inferior y se toman radiografías.

Colonoscopia:

Es la mejor técnica para el diagnóstico del cáncer de colon, ya que permite una visión directa de las lesiones (incluso milimétricas), tomar muestras del tejido y verificar si hay pólipos (áreas pequeñas de tejido abultado), otras áreas anormales o cáncer.

Esta técnica consiste en introducir un colonoscopio a través del ano y visualizar toda la mucosa del recto y colon hasta el ciego (parte más profunda del colon). Un colonoscopio es un tubo flexible delgado con una luz y una lente para observar el recubrimiento del colon.

Con esta técnica se pueden tomar biopsias (fragmento de tejido para analizarlo al microscopio), que es la única técnica que permite asegurar que es un cáncer y el tipo. Es una técnica que puede ser dolorosa, por lo que se suele hacer bajo sedación profunda, y además, no está libre de complicaciones aunque sean poco frecuentes como la perforación (rotura del intestino grueso) entre otras.

Colonoscopía virtual:

Procedimiento para el que se usa una serie de radiografías que se llama tomografía computarizada para tomar una serie de imágenes del colon. Una computadora agrupa las imágenes para crear detalles que pueden mostrar pólipos y cualquier otra cosa que no parezca habitual en la superficie interna del colon.

Esta prueba también se llama colonografía o colonoscopia por TC. Esta técnica tiene limitaciones, como es que no permite ver lesiones de pequeño tamaño y no puede tomar muestras del tejido. Además, requiere hinchar con gas el intestino, se radia al enfermo y cuando se encuentra alguna lesión o se sospecha, luego hay que hacer una colonoscopia.

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Cáncer de colon y la mujer

Muchas mujeres piensan que el cáncer de colon es una enfermedad masculina. Sin embargo, el riesgo es muy parecido en ambos sexos, y las mujeres de más de 50 años tienen riesgo significativo de padecer este tipo de cáncer.
El tratamiento hormonal de la menopausia puede proteger contra el cáncer de colon.

Según los distintos estudios publicados, el uso de estrógenos durante la menopausia puede reducir hasta un 34% el riesgo de cáncer de colon si se compara con las mujeres menopaúsicas que no lo recibieron. Además, aquellas mujeres que hayan padecido un cáncer de útero, ovario o mama, tienen aumentadas las posibilidades de sufrir cáncer de colon.

Dado que el cáncer de colon es mucho más frecuente que el cáncer genital femenino y sólo es superado por el de mama, la atención hacia la salud femenina merece tener en cuenta la relación entre los estrógenos y el cáncer de colon.

Por ello, el despistaje de este cáncer debe merecer la misma atención que la citología vaginal o la mamografía tan habituales en ginecología.

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